Lograr en los educandos una formación integral y armónica a través del desarrollo de sus potencialidades físicas, socio – afectivas, expresivo – estéticas, intelectuales, éticas y religiosas.
Lograr la identificación con el estilo de vida propuesto en el Evangelio a través de caminos tales como el servicio, la vida en comunidad, la valoración de los sacramentos y la construcción de la civilización del amor.
Cultivar el amor por la patria promoviendo nuestra cultura y tradiciones para que descubran y se identifiquen con las raíces propias. Y en el ejercicio de la vida en democracia se sientan partícipes en el proceso de transformación de la sociedad.
Fomentar la apertura a todas las semillas del Verbo presentes y manifiestas en la cultura y en la vida de la humanidad.
Lograr la adquisición y el dominio teórico e instrumental de los conocimientos y saberes significativos a partir de una actitud abierta, reflexiva, creativa y crítica de la realidad, fomentando en todo momento la síntesis entre fe y ciencia, fe y cultura, fe y vida.
Optimizar la calidad del servicio educativo a través de una multiplicidad de estrategias.